martes, 13 de julio de 2010

a cosechar, al desierto

me duele la ropa
recordé
me duele la ropa, todavía.

todo se desplomó hasta que fuiste una isla elevada.
el piso, el tejado, todo se desplomó.
los gatos dejaron pulgas y el solar me dejó sola.
y en un armario encontré que los muertos odian el número dos.

me acuerdo mientras los brazos se me llenan de pulgas
y el solar es una manta que se come la maleza.

no hay podadora que valga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

podemos

bita vomita dijo...

podemos?
podamos?
podamos!