y el tiempo, que se revuelve
como una sábana
para soplarme en la cara
una caracola llena de tierra
que empieza a desperezarse.
se alisa como la sábana que recubre uno de mis cadáveres.
escapan los cangrejos hermitaños.
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1 comentario:
mi coco y mi lisa no han transmutado, pero si han tenido que cambiar de vida
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