lunes, 25 de febrero de 2008

crónicas de Sarnia (sic)

llevo media hora de retraso sobre mi hora de retraso.
y un café de menos y tres tristes timbres de más.

por no buscar una idea, otra media hora buscando una canción. así nunca llegaré a la china. un espacio. tengo que aprender a no teclear todo lo que se me ocurre, a no confundir las aes con las mayúsculas y a no teclear todo cuando me ocurre. vicisitudes y vicios, todo lo mismo, y ya estoy volviendo a hacerlo. menos mal que esto es sólo un diario.

"ya he contado el número de tablas simuladas del parqué de linóleo de mi cuarto y del de él, también he pasado la uña por las juntas de la ventana, y he arrancado las lentejas que germinan en los raíles de las persianas. he hecho todo lo que tenía que hacer, he hecho lo que no tendría que haber, y ni aún así aparece el interruptor, la palabra mágica está en otro idioma está en otra parada.

llevo una educación estricta en esta clase de evasiones, pasé el servicio militar en una almena, a punto de planear una estrategia defensiva, a punto de planear sobre el campo de batalla, pero nunca encontré la batalla, no encontré el interruptor.

cuando uno nace sin un sistema métrico homologado. ah, pero cuando nace sin un sistema métrico cualquiera. y no será por copiar. puedo ponerme sobre mis pies y solaparme, pero entonces llegamos al mismo conflicto de mesuras. te peso, amor? ni lo uno ni lo otro"

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